CUARZO AMATISTA

¿Qué es el Cuarzo Amatista?

El Cuarzo Amatista es una piedra formada por óxido de silicio que se presenta habitualmente en forma de un cristal hexagonal. El cuarzo es el mineral más común en la Tierra y tiene múltiples usos, desde la relojería hasta los instrumentos ópticos e incluso las lijas.

El Cuarzo Amatista es una variedad púrpura de estos minerales y es uno de los cuarzos más apreciados por su color y sus propiedades. Algunas culturas antiguas consideraban que el Cuarzo Amatista era una piedra preciosa. Los griegos, incluso, pensaban que podía prevenir la intoxicación por alcohol. De hecho, el origen de su nombre es ese. Amatista proviene del griego “amethystos”, que significa “un antídoto para evitar la embriaguez”.

Significado del Cuarzo Amatista

Gracias a toda su historia y a las propiedades naturales que posee, el Cuarzo Amatista tiene un significado muy especial. En diversas culturas, el significado de esta piedra se ha asociado con la protección. Por ejemplo, los griegos y romanos creían que los protegía de emborracharse. Por su color, en algunas otras culturas, esta piedra se ha asociado con el poder y la riqueza. Actualmente, los significados del Cuarzo Amatista han variado y en algunas culturas se han asociado a propiedades curativas y energéticas.

Propiedades del Cuarzo Amatista

En algunos lugares, se cree que el Cuarzo Amatista protege a las personas de los excesos y ayuda a la mente a mantener la tranquilidad. Por lo tanto, esta piedra es una excelente compañía para el momento de meditar. El Cuarzo Amatista también puede utilizarse para mejorar la concentración, la comprensión y abrir la intuición. También se ha asociado a la disminución del estrés y sentimientos negativos como la ira. Algunos espacios donde puedes colocar Cuarzos Amatistas para equilibrar la energía basándote en sus propiedades son: el dormitorio, la sala, un estudio o la biblioteca.

¿Cómo limpiar un Cuarzo Amatista?

Para limpiar tu Cuarzo Amatista, coloca sal de mar o sal gruesa en un vaso o recipiente de tu elección, más o menos hasta la mitad. Deposita tu cuarzo ahí y llena con más sal hasta que toda la piedra quede cubierta. Deja el cuarzo reposando en la sal toda la noche, si es posible trata de dejarlo en la ventana para que le dé la luz de la luna. Al día siguiente, con las manos limpias, retira el cuarzo de la sal y lávalo con agua fría.

Imagen ilustrativa

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